2021, el año de #volveraabrazarnos




Estoy cansado de oír lo malo que ha sido este año 2020, lo mal que lo hemos pasado, el tiempo que hemos perdido. Es evidente que para aquellos que han sufrido la enfermedad y más aún para los que han fallecido y sus familias el año es horrible. Lo es éste y cualquier año que pierdes a un ser cercano o cae enfermo un familiar o amigo. Pero dejando eso aparte, que, repito, es terrible siempre, yo diría que en muchos aspectos ha sido un año que ha traído cosas literalmente increíbles. Ahí van algunas:

  • Hemos pasado muchísimo más tiempo con nuestra familia cercana, especialmente con nuestros hijos los que los tenemos. Ellos nunca lo olvidarán. Hemos desayunado juntos, comido, cenado, jugado a diario, leído, estudiado, reñido y abrazado miles de veces. Esto no tiene precedentes probablemente en toda la historia de la humanidad y ha transformado a las familias para siempre.
  • La tecnología nos han permitido, por un lado, sentirnos un poco más cerca, y por otro, echar mucho más de menos el mundo real. Nos hemos dado cuenta que no hay nada que se compare a un paseo por el campo, a una película en un cine, a una ópera de verdad, a un partido visto desde el estadio, a un cumpleaños con amigos en casa, a una Navidad con la casa llena, a una cerveza con tus hermanos o amigos, a una cena con tus seres queridos, a un beso de tu madre...
  • Hemos tenido tiempo. La gente dice y repite que no tiene tiempo de nada, que el dia a día le come. Esto, en el contexto de una generación en la cual los avances tecnológicos no han hecho otra cosa que regalarnos tiempo. El transporte es más rápido, las tareas del hogar son más rápidas de hacer, el trabajo se hace más rápido y... ¿qué hacemos con el tiempo que se nos ha regalado? Ver series, jugar a videojuegos y ver nuestras redes sociales. Este año nos hemos hartado, nos hemos estragado de tanta pantalla digital y eso nos ha llevado a terrazas, balcones, paseos que nunca hicimos, llamadas telefónicas... incluso hemos llegado a pasar tiempo pensando, aburriéndonos a veces. Tiempo de buscarse a uno mismo, de pensar en lo que importa y lo que no, de pensar en si la vida que tenemos es la que queremos. El resultado es variado e incierto, desde divorcios hasta embarazos y cambios de profesión, lo que es seguro es que hoy nos conocemos más que hace un año, y eso es siempre bueno.
  • La ciencia y la medicina han batido todos los records. El trabajo de diseñar y probar una vacuna que normalmente dura 10 años se ha hecho en 10 meses, y no una vez, ni dos, sino cerca de una decena de vacunas que estarán aprobadas en breve (ya hay hasta 4 en distintos países). ¿Cómo? Con medios, voluntad y colaboración. Y lo mejor de todo es que una tecnología inventada hace 30 años (vacunas de ARN) se ha materializado en meses y permitirá diseñar vacunas para un número de enfermedades que hasta ahora no eran suficientemente importantes para dedicar el tiempo y los recursos suficientes.
  • Hemos sido conscientes de que teníamos vecinos, nos hemos preocupado por ellos, hemos hablado (a 2 metros de distancia), les hemos preguntado si necesitaban algo, hemos hecho fiestas de balcón y de terraza. El barrio, la comunidad ha vuelto, a la fuerza, pero ha vuelto. 
  • Nos hemos dado cuenta que la gente que más gana en nuestra sociedad no es la que más vale, hemos conocido a nuestros sanitarios, se han convertido en el ejército sin horarios que ha combatido esta guerra, les hemos aplaudido y seguro que ya nunca olvidaremos quien de verdad nos puede salvar la vida y está encantado de hacerlo.
  • Lo último, pero para mí, lo más importante, hemos aprendido a echarnos de menos, a decirnos te quiero aunque sea por teléfono, a tener miedo de no volver a vernos, a tolerarnos más, a valorar virtudes sobre defectos... La enfermedad por un lado nos hace egoístas, nuestra naturaleza animal saca el instinto de supervivencia y eso nos mantiene alerta pero a veces genera situaciones desagradables. Por otro nos enseña por qué somos humanos, por qué somos capaces de arriesgar nuestra vida por alguien que no conocemos y más aún por aquellos a los que queremos. La privación de vida social y familia tiene un efecto directo, la vida social es un lujo, siempre lo fue, es seguramente lo mejor que tenemos como especie y ahora que nos lo han quitado es lo que más queremos recuperar a toda costa.
El 2020 nos deja muchas enseñanzas y un deseo común más fuerte del que hayamos tenido nunca, VOLVER A ABRAZARNOS

Ese es mi deseo para todos los que me leéis, el 2021 será el año de volver a encontrarnos y #volveraabrazarnos

FELIZ 2021


Comentarios

  1. Querido Jorge:
    Feliz año. Me ha encantado leer esta entrada en tu blog.
    Me uno al deseo de que pronto vuelvan los abrazos, los achuchones,las risas, las reuniones...en tiempo real.
    Jn abrazo

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