Cuando fuimos los mejores




Hay una legendaria canción de Loquillo que empieza así, "Cuando fuimos los mejores...". Yo creía que se avecinaban tiempos en los que tendría que empezar a usar esa entrada para hablar de nuestra selección de baloncesto, como ya lo hacemos con la de fútbol.

En 1999, mientras estudiaba en París, compré entradas para ver la final del Eurobasket de Francia. Las compré antes de que empezará, no se si fue suerte o buen ojo pero me planté en el estadio Paris Bercy para ver un Italia - España. España llegaba a la final de un europeo, eso no lo recordaban ni nuestros padres, era tal la gesta que no nos importó perder y ser plata, nos fuimos contentos. Ese mismo año y por esas mismas fechas pasaba algo inaudito, un grupo de chavales de 18 años llamados Gasol, Navarro, Calderón, Raúl López... le ganaban a Estados Unidos el mundial junior. Parace que esto del deporte es una cosa de mentalidad, esta nueva generación nacida un poco antes de Los Angeles 84 parecía que negaba nuestro destino, que no se creía eso de que caíamos siempre con Rusia, Yugoslavia y EEUU. Esa generación decidió que, por qué no, Epaña podía ser campeona del mundo.

En 2006 la final del mundial me pilló en casa de mis padres. Si no recuerdo mal la vi con mi padre y mi hermano pequeño. A decir verdad, para tres atléticos de pro, una final que casi ganamos de 30 fue un placer sin sobresaltos. España era campeona del mundo aboluta! Para alguien que ha jugado al baloncesto toda su vida era un sueño, más aún haberlo vivido con mi padre, que si se lo hubieran dicho 10 años antes no hubiera dado un duro porque jamás España llegara a esas cotas.

Hoy ha sido diferente, para empezar porque lo he vivido fuera, en Inglaterra. Con mi VPN para poder pillar la señal de Cuatro y verlo narrado en español, aunque ya no sea lo mismo sin el gran Andrés Montes. Dada la hora del partido he decidido cocinar una paella y servirme una San Miguel para verlo con toda la familia a la hora de la comida. Cuando vi como empezó España me recordó a la final de 2006. Y a otras tantas finales en las que España se merienda al rival de principio a fin. No dije nada hasta el tercer cuarto, ahí le dije a mi hija, que también juega al baloncesto: "Hija, siéntate aquí conmigo y cuando España vuelva a ganar un mundial de basket dentro de 20, 30, 50 años... recuerda este día y con quien viste este partido". Quizá ella, dentro de 30 años, escriba un blog como este contandoos que nunca pensó que podríamos ganar otro mundial y aquí estamos otra vez.

Yo aun estoy frotándome los ojos, mitad viendo la cara de mi padre alucionado viéndonos ganar en 2006, mitad viendo la cara de mi hija dando por hecho que vamos a ganar 10 más.

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