Soledad Digital

Hace ya 12 años que mi suegro nos dejó, yo aún no había cumplido 30 y podemos decir que aquello me cambió la vida, aunque parezca obvio. Aimer, además de ser mi suegro, fue mi amigo, el primero que perdí. Cuando una persona a la que quieres muere rebobinas muy rápido todos los momentos que has vivido con él/ella, en este proceso sonríes por todo lo bueno, tuerces la cara por todo lo que podías haber hecho mejor y te haces una revisión completa, piensas en el sentido de las cosas que estás haciendo e intentas repriorizar tu vida. 



Eso hice yo, me volví a mi casa y empecé a darle vueltas al sentido de las cosas, mi trabajo, mis amigos, mi novia, mi familia… Ya entonces pensé, con mis 29 años, que el tiempo pasa fugaz y que hay que aprovecharlo. Recuerdo tener esta conversación con mi novia, que acababa de perder a su padre, recuerdo que nos comprometimos a exprimir el tiempo que pasáramos con la gente que queremos, que dejaríamos de guardar el vino bueno, que nunca usaríamos la frase "a ver si tomamos un café", que la cambiaríamos por "vamos a tomar un café", aquí y ahora, porque el tiempo no perdona, porque la vida es como el universo, se expande continuamente y nos separa, el tiempo que pasamos con nuestros hijos se reduce cada año irremediablemente y jamás podemos volver al estado anterior, los amigos que compartieron cada día de nuestra infancia sólo están en eventos especiales, 2-3 veces al año, los hermanos con los que creciste hacen sus familias y, como el universo, se van separando en su propio Sistema Solar… no es cruel, es la vida. Es sólo entonces cuando no hay que regatear esos momentos que el azar nos pone delante, no hay que dejar de ir a bodas, bautizos, comuniones y cumpleaños, ni a partidos de fútbol, está prohibido visitar una ciudad sin avisar a ese amigo que hace años no ves y menos dejar de escribirle un mensaje por vergüenza a que no se acuerde de ti, la amistad es como la primera ley de Newton, dos amigos se atraen mutuamente, aunque a veces la vida no nos lo permita.

Cuando vi el anuncio de Rua Vieja esta mañana me di cuenta de que el mundo de alguna forma está cambiando, sabemos que lo más fácil es vivir en nuestro mundo, nuestros móviles, home cinema e internet, pero ahora también sabemos que todos estos son amigos traicioneros, lo de verdad apasionante es la gente, aunque peleemos, no estemos de acuerdo y hasta nos insultemos, no hay nada más apasionante que pasar tiempo con la gente que te importa y no puede haber nada en el mundo que sustituya eso, aunque tengas que mover el culo del sofá para ponerlo en práctica.


Para los que aún tengáis dudas aquí os dejo el anuncio y os pido un compromiso, cuando terminéis de verlo comprometeos a cambiar de verdad, sino esto no dejará de ser un post entrañable, el video una anuncio publicitario y vuestras vidas un reflejo de la soledad virtual que nos rodea.



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