Viva Camps, abajo Garzón





El inicio del año está siendo suculento. Lo que ha pasado en este mes es una oda a la democracia y la justicia pero nos pone de nuevo al frente de Europa en quijotismo agudo.


Camps se enfrente a un juicio de cohecho impropio por unos trajes. La adjudicatura decide que el fallo sea a través de jurado popular que, como es normal, le declara no culpable. La justicia española (y la de la mayoría de los países occidentales) obliga a demostrar fehacientemente un hecho para poder condenar a alguien. En el caso de Camps había dudas razonables y fue absuelto. Si además lo fortalecemos con un jurado popular para juzgar a un político del PP en un país en el que más de la mitad de la población vota al PP está claro el resultado. Es como si se eligiera un jurado popular para definir la sanción a Pepe cuando se le va la cabeza, dado que más de la mitad del país es del Madrid no os tengo que decir cual sería el resultado.

El caso de Garzón es el punto contrario al de Camps. En la sociedad hay una serie de profesiones extremadamente sensibles: maestro, médico, sacerdote, juez...
Un juez interpreta lo que está bien y lo que está mal en base a nuestras leyes. En esa interpretación a veces hay factores extremadamente complejos como el poner en una escala donde acaban los derechos fundamentales y donde empieza el riesgo de comisión de delitos. Garzón ha sido inhabilitado por "uso de artificios de escucha y grabación con violación de las garantías constitucionales". Probablemente sea culpable por ello. Pero en realidad no está en el banquillo por esto, ni por el juicio del franquismo. En realidad está en el banquillo porque no se le ha perdonado su gusto por la fama. Su afinidad al mundo mediático que, dicho sea de paso, yo mismo creo que le ha despistado como juez y le ha hecho cometer muchos errores, eso es un hecho y no es mi intención defender su figura en este blog.

En el juicio de Marta del Castillo se hicieron escuchas entre los abogados y los inmputados. En ese caso el juez consideró que el derecho de la familia a encontrar el cuerpo de Marta estaba por encima del derecho de defensa de los acusados. En ese caso nadie lo pone en duda porque todos consideramos a los asesinos de Marta unos hijos de la gran puta y ponemos sus derechos en cuarentena y siempre por debajo de los de la propia familia. En el caso Gürtell no es tan obvio, Garzón veía riesgo de que los imputados blanquearan dinero desde la cárcel y por eso ordenó las escuchas. Por eso no se le acusa de prevaricación, porque Garzón consideraba justa la escucha de esas conversaciones. 7 jueces le inhabilitaron por unanimidad hace unos meses y los 7 jueces del supremo le han condenado hoy también por unanimidad. Esto es muy significativo, está claro que, lo que para un español estándar es una decisión injusta no lo es para los expertos en la materia que no han tenido ninguna duda. Por eso respeto tanto esta decisión que me desilusiona enormemente porque en este país de Quijotes, el que se pasa de la raya en pro de lo que está bien acaba inhabilitado de por vida y el pícaro que se aprovecha del sistema lo sacamos a hombros.

A Garzón aún le queda la causa de prevaricación por la investigación de los crímenes del franquismo. Según se están dando las cosas a lo mejor de esa acaba en la cárcel mientras Camps vuelve a la política con la cabeza alta y por la puerta grande.


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