Desde hace 7 años, exceptuando (2009), todos los años por estas fechas dedicamos una tarde de domingo a ver como Nadal barre a sus rivales en Roland Garros. Este año era diferente, Nadal estaba flojo, no estaba jugando bien y además arrastraba una Djokovickofobia que le podía llevar a dejar paso a éste como heroe de la tierra de Paris. Entonces llegó su amigo Federer, hizo el mejor partido de los 2 últimos años y mandó a Novak a casa dejando las puertas abiertas a Rafa para su sexto título.
Así ha sido, Federer estaba jugando 100 veces mejor que Rafa pero Nadal demostró de nuevo que la cabeza es un arma imparable en un deporte individual. Federer estaba barriendo a Nadal, 5-2 y bola de set. Entonces Nadal creyó, sabía que estaba jugando mal, que Federer estaba en un momento dulce y que hoy podía ser el día en que perdiera por primera vez con él en París. Aun así creyó y demostró al mundo que un chico humilde, llano y bien educado puede seguir ganando Roland Garros quien sabe hasta cuando. Porque Nadal siempre está al 100%, a veces es 90% físico y 10% fé, otras, como hoy es 50% físico y 50 % fé, invencible al fin y al cabo.
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